No sabemos apreciar estas maravillas de la naturaleza, no respetamos su inmensidad, pero tampoco entendemos su finito.
Pongamos como ejemplo el agua.El agua es un recurso natural de inmenso valor, no solo para la humanidad sino para casi cualquier forma de vida de este planeta.Sin ella, se acabaría la vida tal y como la conocemos y aún me atrevo a decir, que la vida se extinguiría por completo.Somos seis mil millones de personas, usando un promedio de cincuenta litros de agua potable diarios cada uno de nosotros.Creo que a esta velocidad de consumo, es bastante probable, que en algún momento de nuestra existencia, se puedan producir guerras, para controlar este recurso tan preciado y valioso, que dentro de muy poco,menos de lo que imaginamos, será escaso y de un valor incalculable.No somos conscientes de que hay un acceso limitado a recursos limitados; el agua, no se puede fabricar y el agua, terminará por agotarse tarde o temprano.
Todo, incluso aquello que consideramos infinito, se puede convertir en finito.
El Sol, esa estrella que es la mayor fuente de energía electromagnética del sistema planetario, que sustenta toda forma de vida en la tierra y que nació hace 4.565.00 millones de años, también es finita.Según los últimos estudios científicos, esta mediana estrella de nuestro sistema, tiene combustible para 5000 millones de años más.Sí, puede parecernos eterno, bajo nuestra percepción temporal, pero es finito.Todo lo es tarde o temprano y por eso, debemos tomar conciencia hoy, ahora, de su inmenso valor,porque mañana quizá ya sea demasiado tarde.
Cuando abras el grifo, piensa en ese regalo inmenso que te hace la naturaleza, piensa que todos tenemos derecho a ella, en cualquier parte del mundo y sobre todo piensa, que es un recurso limitado y de grandísimo valor para todas las formas de vida de este planeta.
Cuando mires al sol, siente su calor y energía vital como la tuya propia, recárgate en él, admira su poder y da gracias por su valiosísima existencia y recuerda, es una estrella finita, como todas las demás estrellas de nuestra galaxia.
Cuando contemples el mar, recuerda que su inmensidad, belleza y riqueza radica sobre todo en su vida interior, como en la nuestra.Su poder y su grandeza, son otro extraordinario regalo para admirar y respetar.También sus recursos son finitos..
Cuando pasees por un parque o un bosque, respira profundamente, siente el puro oxígeno que nos da vida y que nos sustenta, intuye la energía sana y vital, que trasmiten los árboles.No olvidemos que al igual que nosotros, todo ser vivo, emana energía, aunque sea invisible al ojo físico; también es invisible la conciencia y no dudamos de su existencia.
Siente la tierra a tus pies, esa que con una simple semilla, crea el milagro de la vida y la hace crecer y madurar. Escucha el lenguaje de las aves, admira la ternura de un perro, saborea con deleite una naranja, un salmón o un entrecot.
Es verdaderamente importante, valorar la vida en su más amplio sentido, valorar nuestro planeta, nuestros recursos y sobre todo tener conciencia de que todo es finito y que la vida es un gran regalo que debemos agradecer, respetar y cuidar, por nosotros mismos, por nuestro futuro, porque lo que es divino, es de un valor incalculable.
Es verdaderamente importante, abrir los ojos de una vez y darse cuenta, de que nuestra alma es el alma del mundo, es el alma de todo ser vivo,todo es uno, todo es energía en movimiento, belleza y realidad divina.
