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jueves, 3 de marzo de 2011

QUE ES EL HOMBRE?

     
          Esta es la gran pregunta y la gran incógnita del mundo.¿Qué es el hombre?.Sabemos científicamente lo que es el hombre: animal racional, compuesto de órganos, tejidos, músculos, tendones y huesos.."No me sirve para entender su significado real o profundo, no son suficientes para definir y comprender su significado.
          Lo que quiera que sea el hombre, se lo debe mucho mas a su naturaleza psíquica que a su naturaleza somática (lo físico o corpóreo).Lo que quiera que sea el hombre, se lo debe a las influencias adquiridas por herencia, hábitos y asociaciones.
          Es importante reconocer, que el hombre es impulsado o dirigido por estas influencias externas y que nuestro intelecto, no tiene poder sobre sí mismo, sino que es guiado desde el exterior.Nuestras ideas, son retazos de otras ideas, impresiones, sentimientos, reunidos inconscientemente y que proceden de un millar de libros, de conversaciones, pensamientos que se han derramado en nuestro corazón y cerebro, procedentes a su vez de otros corazones y cerebros.
          Por ello, deduzco lógicamente, que solamente las influencias exteriores, pueden hacer cambiar nuestra opinión de las cosas y que por lo tanto, sería imposible que el hombre pudiera crear nada por sí mismo, sin estas influencias externas.

          El intelecto por lo tanto, podríamos compararlo con una máquina perfecta, que recoge, procesa y distribuye datos.Una máquina que funciona consciente e inconscientemente sin descanso, una máquina con un motor de impulsión..Y este único motor de  impulsión, que induce a las personas a hacer,crear y sentir cosas, es el impulso de satisfacer nuestro propio ser.
          La humanidad nos hemos catalogado con cualidades a las que hemos puesto nombres que pienso inducen a la confusión; amor, odio, caridad, compasión, avaricia, ect.Creo sinceramente que todos ellos no son más que formas de satisfacción personal y que estos nombres, desfiguran y desvían nuestra atención de este hecho.
          Hay una palabra que hemos introducido en nuestro diccionario que designa algo que bajo mi criterio, no existe; sacrificio (de sí mismo).Si pensamos realmente que el único impulso que nos mueve e impulsa todos los actos del hombre, es la imperiosa necesidad de aprobación personal, el concepto "sacrificio", no tiene cabida en nuestro lenguaje.Y supongo que llegados a este punto os preguntaréis cómo es posible que todo el mundo vaya en busca de su propia comodidad y ventaja...que vosotros conocéis muchos casos donde el sacrificio está presente, que hay personas que a menudo hacen cosas beneficiosas para otras personas y que pueden ser desventajosas para ellos.Y yo os digo que estos actos en sí, siempre producirán beneficio propio, antes que nada,  porque de otra forma estos actos no se llevarían a cabo nunca.

          Pongamos algunos ejemplos de actos que pueden parecernos de estas características; un día de lluvia, invernal en el que vuelves ya de noche a casa.LLevas prisa, porque se te olvidó el paraguas y estas realmente agotado después de un duro día de trabajo.En tu camino, encuentras un vagabundo bajo la lluvia, descalzo y pidiendo algo que llevarse a la boca.Tu reacción, mi reacción y la de muchas otras personas, es parar y ofrecerle o bien nuestro dinero o comprarle algo caliente para comer.Personas más altruistas que tú y que yo,  incluso  los llevarían a su casa para darles cobijo.
          Entonces vuelves a casa, sintiéndote mejor persona, tranquilo y satisfecho por haber ayudado a otra persona a sentirse un poco mejor.Así esta noche no te remorderá la conciencia y podrás dormir a pierna suelta.Este acto que se disfraza de caridad, no es mas que un acto para sentirnos mejor con nosotros mismos, para satisfacer nuestro yo, para obtener nuestra propia aprobación.

          Imaginemos ahora otra escena; esta vez es un hombre que salva a un niño que se está ahogando en un río; no duda ni por un instante en zambuyirse en ese río sin pensar en el peligro que puede estar corriendo y salvar a ese niño indefenso que no sabe nadar y que pide auxilio desesperadamente.Otro acto disfrazado de valentía esta vez, otro acto en el que el motor de impulsión, es obtener la satisfacción personal, al sentir que ha sido capaz de llevar acabo semejante hazaña y desde luego tener de nuevo, la conciencia tranquila.Si este hombre noble, no se hubiese lanzado a ese río, su remordimiento le hubiese atormentado seguramente el resto de sus días.
          Podríamos seguir horas , días, meses, buscando ejemplos de actos heróicos , caritativos, tolerantes, nobles, y os aseguro que llegaríamos siempre a la misma conclusión:  todo acto humano en sí, siempre producirá primero un beneficio propio, porque de otra manera, no se llevará a cabo.Te animo a que hagas este experimento; piensa, medita y reflexiona.Busca un sólo acto,  donde exista el sacrificio de uno mismo, sin ese motor de impulsión  llamado satisfacción personal.Si lo encuentras, porfavor, házmelo saber, será muy interesante discutirlo.

           LLegamos a la conclusión, que todos los hombres somos iguales en el hecho de necesitar un motor de impulsión que hemos llamado satisfacción de uno mismo.Así,podemos concluir que aparentemente todos los hombres, buenos o malos, dedican sus vidas a satisfacer sus conciencias.
           La conciencia, puede ser educada por los padres, educadores, sacerdotes,libros y miles de influencias...y puede ser educada para preferir el bien y apartarse del mal o todo lo contrario.Entonces aquí radica la diferencia importante entre unos hombres y otros; procede de sus costumbres, de sus creéncias, de su educación y sus circunstancias (todos estímulos y aprendizajes externos a nosotros mismos).
           Por ello, creo que es de vital importancia, educar la conciencia hacia arriba, siempre hacia arriba, hacia elevadas prácticas y así, además de satisfacer necesariamente a nuestro yo, a la vez poder otorgar beneficio sobre los demás.
          Cuando un hombre lleva una vida honorable y honesta, al menos no vive engañado respecto al motivo real que le impulsa a actuar en cierta manera.
            Hacer el bien, por uno mismo, ser feliz y saber que tu semejante compartirá los beneficios que de esto se deducen.
           Este es el fin, bajo mi punto de vista del ser humano, esta es mi conclusión.
          Entiendo que mis reflexiones puedan parecer duras e incluso desmoralizadoras, ya que la primera sensación que se nos queda después de estas conclusiones, es una visión del hombre caharente de romanticismo y de majestuosidad, pero creo que es crudamente real y al menos yo, deseo vivir sabiendo mis virtudes y mis limitaciones, mis grandezas y mis miserias como ser humano.

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